miércoles, 9 de diciembre de 2009

ENTREVISTA A UN PERSONAJE CURIOS DE MI COMUNIDAD



Su conducta de un personaje orate lo acampanaba a los lugares que iba. Era trigueño, de estatura media, amante del aguardiente y amigo de los animales. Cuando caminaba, lo hacia como un militar. Saludaba a la gente del pueblo con un contundente: “buenos días mí coronel”. Siempre se vestía como un soldado con polos, pantalones, botas y una gorra azul. Incluso cuando cantaba el Himno Nacional lo hacia con gran patriotismo. Siempre con una mano en el pecho y con la otra en la frente.

Cundo bebía licor, se pasaba horas en la plaza de tierra de Runiquilla marchando. Decía que lucho contra los ecuatorianos en la guerra de Tiwinsa, pero nunca lo probo, pues, según los ancianos del pueblo, Pompeo solo conocía el pueblo, más no Lima.

Molestaba a los jóvenes y niños del pueblo, cuando los veía mal vestido. Le decía: “como van a caminar con esas fachas ante su general”, a pesar de los insultos, ellos solo le decían: “buenos días mi general, disculpe por el mal aspecto. Es que hoy no voy a la guerra, sino voy a cuidar las ovejas y vacas”. Pompeo le respondía, que por esta vez los perdonaba.

Recuerdo muy bien, que una mañana de octubre lo entreviste, cuado el estaba borracho.

Marco Antonio (M.A): Le dije en son de ironía:
“Mi general” ¿Por que toma tanto aguardiente?
Un poco desconcertado por la pregunta, Pompeo me respondió:

Pompeo (PM): No sabes, que el aguardiente, es la sangre de los dioses, estùpido. Yo tomo, porque cuando voy a la guerra, puedo morir. Y por este motivo tomo el licor de caña. Además si sigo tomado llegare a ser inmortal y ninguna bala podrá penetrar mi cuerpo.

M.A: Me dio riza la respuesta, pero respete al “General”, y no me reí de su argumento.
En tanto, le pregunte ¿Cómo obtiene su vestimenta de militar?

PM: Yo soy el General del Cuartel de Cora Cora, en Ayacucho. Yo viajo algunos días allá, para ordenar a mis soldados, que sigan haciendo ejercicio, si no los expulso. Ahí, aprovecho para recoger mi ropa de soldado.

M.A: Sus respuestas parecían algo coherente, pero no le creí, pues sabia que era un orate. En eso, me pregunte a mí mismo como surgió esa pasión desenfrenada por ser militar, entonces le hice la pregunta. ¿Cómo decidiste ser un soldado y no un ganadero?

PM: Porque mi padre fue un militar. Él iba, casi todos los días, a mi casa a visitar a mi madre y siempre se sacaba su polo, su gorra y sus botas para descansar. Yo los usaba cuando, cuando él se encerraba con mi madre en la cocina. Desde el primer momento, que use el uniforme, sabía que sería un soldado de raza.

Tras un largo rato de cháchara, el general Pompeo se quedo dormido, por la embriagues. Mientras tanto, yo ya havia conseguido entrevistar al hombre más problemático y loco de la aldea.

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