lunes, 14 de diciembre de 2009

OTRO CUENTO CHINO DE GARCÍA





MIENTRAS QUE ALAN GARCÍA
ASEGURABA QUE LOS TANQUES
CHINOS MBT 2000 YA ERAN PERUANOS,
RAFAEL REY LO DESMENTÍA.

La sensación de estar frente a miles de peruanos siempre le recordaba su dependencia a ser elogiado por el pueblo. El Presidente Alan García lo percibió desde que llegó a la Avenida de la peruanidad, ubicado en Jesús María, el día del Desfile Militar adonde había asistido especialmente para mostrarle al Perú y al mundo cinco tanques prestados de procedencia China modelo MBT 2000.

El Ministro de defensa, Rafael Rey, responsable del las Fuerza Armadas y su amigo de confianza, le había asegurado, en la víspera, que los tanques chinos eran superiores a los tanques Leopard II, que había adquirido Chile. Incluso le había dicho que eran muy baratos y debía comprarlos.

Tras presenciar en el estrado de honor, el paso imponente de los tanques, el mandatario Alan García sintió como suyos las maquinas de guerra, al escuchar los aplausos atiborrados de cientos de peruanos, que habían asistido a ver la Parada Militar. Y, en ese espectáculo, el Presidente vio una oportunidad para subir su poca popularidad y aseguró en los medios de información, que el material bélico ya había sido comprado a la Republica Popular China.

Ese día, El Jefe del Ejecutivo se mostraba muy alegre porque sus declaraciones fueron muy aceptadas por parte de los limeños y de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, esa felicidad no duró mucho debido a que su Titular de Defensa, Rafael Rey, desmentía la compra del material bélico, al finalizar el Desfile Militar y decía: “todavía no se ha iniciado la compra”.

Tras esta contradicción entre García y Rey, la opinión publica y algunos líderes políticas criticaban duramente al Gobierno aprista, esa tarde. Así como, la procedencia de los tanques chinos MBT 2000, que según algunos especialistas tienen muchas deficiencias por su mal equipamiento.

Entre tanto, Alan García nuevamente metería la pata pues, en conferencia de prensa decía, que las negociaciones se harían directamente entre el Gobierno peruano y las empresa chinas, para que no exista corrupción. Sin embargo, proponía como veedor al Contralor General, Jock Kory, quien fue escogido por el Gobierno aprista para ocupar ese cargo.

En la noche, luego de muchas patinadas, el Presidente y el Ministro de Defensa negociaban, en el Palacio de Gobierno, con el mejor postor sobre los intereses que recibirían por la comprar millonaria de armas para Perú. Mientras tanto, “los compadres” eran muy criticados en los medios de información tanto por sus contradicciones políticas como por su desaprobación.

A un año de que culmine el periodo del Gobierno aprista, ambos sentados en un sillón, toman una copa de whisky y se felicitan por el buen negocio realizado con los empresarios. “No hay remordimiento”, asegura Alan García. Mientras que Rafael Rey precisa “es un negocio redondo”.

“Si no hubiera sido por Víctor Ariza, no hubiéramos podido robar”, finaliza el Presidente del Perú. “Sí fue un gran pretexto el espionaje para hacer nuestro negocio”, agrega, el titular de defensa, sin titubear.

No hay comentarios:

Publicar un comentario