martes, 15 de diciembre de 2009

UNA MIRADA, A UN AMOR, QUE NO SE OLVIDA



Respiro tu alma sin que tú lo notes, pero te sigo mirando, solo de reojo. Caminas de un lado hacia otro sin prisa, aunque esa mirada triste que camina contigo, busca algo en la soledad de la noche.

Te miro nuevamente sin que tú lo notes, desplazo al tiempo y lo dejo a un lado, observo tu rostro y tus cabellos negros. Observo tu esencia de niña bonita y te miro nuevamente sin que tú lo notes.
Camino a tu lado, camino contigo, camino con tu alma aunque tú, no lo notes.

Dibujo en mi mente tu rostro de niña, repaso tus ojos a cada instante. Desplazo de mi mente la soledad de la vida y refresco mi alma con tu breve sonrisa. Rezo en las noches tus 28 miradas, viven en mis sueños tus cabellos negros. Camino en la vida susurrando al viendo, que esa esencia tuya, siempre valla conmigo.

Te sigo mirando aunque no lo notes. Te busco en las noches, pese al olvido, te buscan mis ojos, te busca mi alma y te busca el duende de este trovador triste.

Respiros tres veces, aunque no lo notes. Respiro tu esencia para sentirme vivo. Camino contigo sin que tú lo notes. Camino con mi alma. Camino contigo.

Tu mitrada de niña bonita me pide que te bese, pero antes, paseo por tu alma, como tú por la mía, para llegar al clímax. Nos miramos varias veces, para que nuestras almas más se enamoren y, así encontrar, ese amor que buscamos de por vida.
Nos miramos suavemente en un salón vació, que mas parece, para nosotros un mudo perfecto de primavera. Caminamos juntos horas de horas en las noches. A veces, corremos como locos por las calles, solo para saber de donde venimos y hacia donde vamos.

Nos miramos suavemente a cada instante para decirnos muchas veces que nos amamos. Y, ahí, nos embraga esa corazonada de amor eterno poco a poco, sin que nadie nos moleste, nos perdemos en nuestro mundo construido solo para nosotros.

Nos miramos cien veces, doscientas veces, y siguen las miradas devorándose una a una en una jungla de primavera.

Solo dime que me quieres y
yo te daré mi alma,
pero, dime que me quieres y
te diere que serás mía.
pero, dime que me amas y
nunca te abandonare.

lunes, 14 de diciembre de 2009

OTRO CUENTO CHINO DE GARCÍA





MIENTRAS QUE ALAN GARCÍA
ASEGURABA QUE LOS TANQUES
CHINOS MBT 2000 YA ERAN PERUANOS,
RAFAEL REY LO DESMENTÍA.

La sensación de estar frente a miles de peruanos siempre le recordaba su dependencia a ser elogiado por el pueblo. El Presidente Alan García lo percibió desde que llegó a la Avenida de la peruanidad, ubicado en Jesús María, el día del Desfile Militar adonde había asistido especialmente para mostrarle al Perú y al mundo cinco tanques prestados de procedencia China modelo MBT 2000.

El Ministro de defensa, Rafael Rey, responsable del las Fuerza Armadas y su amigo de confianza, le había asegurado, en la víspera, que los tanques chinos eran superiores a los tanques Leopard II, que había adquirido Chile. Incluso le había dicho que eran muy baratos y debía comprarlos.

Tras presenciar en el estrado de honor, el paso imponente de los tanques, el mandatario Alan García sintió como suyos las maquinas de guerra, al escuchar los aplausos atiborrados de cientos de peruanos, que habían asistido a ver la Parada Militar. Y, en ese espectáculo, el Presidente vio una oportunidad para subir su poca popularidad y aseguró en los medios de información, que el material bélico ya había sido comprado a la Republica Popular China.

Ese día, El Jefe del Ejecutivo se mostraba muy alegre porque sus declaraciones fueron muy aceptadas por parte de los limeños y de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, esa felicidad no duró mucho debido a que su Titular de Defensa, Rafael Rey, desmentía la compra del material bélico, al finalizar el Desfile Militar y decía: “todavía no se ha iniciado la compra”.

Tras esta contradicción entre García y Rey, la opinión publica y algunos líderes políticas criticaban duramente al Gobierno aprista, esa tarde. Así como, la procedencia de los tanques chinos MBT 2000, que según algunos especialistas tienen muchas deficiencias por su mal equipamiento.

Entre tanto, Alan García nuevamente metería la pata pues, en conferencia de prensa decía, que las negociaciones se harían directamente entre el Gobierno peruano y las empresa chinas, para que no exista corrupción. Sin embargo, proponía como veedor al Contralor General, Jock Kory, quien fue escogido por el Gobierno aprista para ocupar ese cargo.

En la noche, luego de muchas patinadas, el Presidente y el Ministro de Defensa negociaban, en el Palacio de Gobierno, con el mejor postor sobre los intereses que recibirían por la comprar millonaria de armas para Perú. Mientras tanto, “los compadres” eran muy criticados en los medios de información tanto por sus contradicciones políticas como por su desaprobación.

A un año de que culmine el periodo del Gobierno aprista, ambos sentados en un sillón, toman una copa de whisky y se felicitan por el buen negocio realizado con los empresarios. “No hay remordimiento”, asegura Alan García. Mientras que Rafael Rey precisa “es un negocio redondo”.

“Si no hubiera sido por Víctor Ariza, no hubiéramos podido robar”, finaliza el Presidente del Perú. “Sí fue un gran pretexto el espionaje para hacer nuestro negocio”, agrega, el titular de defensa, sin titubear.

sábado, 12 de diciembre de 2009

UN RELATO A MEDIO TONO


El domingo cuando el periodista Valentino López fue al albergue Hogar de Cristo, ubicado en San Miguel, para hacer una entrevista al Padre Martín Sánchez, le dijeron que había salido en la madrugada para resolver una urgencia en una de sus panaderías “Los Cinco Panes” y aún no había regresado.

A Valentino López le pareció normal escuchar esa noticia, pues cuando concertó la entrevista hace una semana, el Padre Martín le había asegurado que era un hombre muy ocupado, sin un horario fijo de trabajo. Desde que el joven periodista había llegado a los exteriores del albergue a las nueve de la mañana ya había pasado más de una hora de la hora acordada, y solo podía apreciar una gran reja de color verde y aun hombre de aproximadamente cincuenta años, que vigilaba todo sus movimientos.

Valentino López, para no aburrirse, fue sin apuro hacia una bodega cercana para comprar unas galletas de chocolate, pues el portero le había dicho, que el Padre Martín llegaría luego de media hora. Sin embargo a su regreso, todavía no había noticia del sacerdote.

Tras quince minutos de espera, repentinamente llegó un carro blanco con lunas polarizadas e ingresó raudamente al albergué. Al ver ese acontecimiento, parecía que todo ya estaba organizado logísticamente entre el chofer y el portero.

Luego de eso, el joven periodista corrió con gran apuro a preguntar al vigilante si era el Padre Martín, y este asentó con la cabeza-y le dijo que el sacerdote lo esperaba en su oficina.

Valentino López ingreso al albergue Hogar de Cristo sin apuro y más tranquilo, solo con una sensación de sabor dulce en su boca, que le recordaba siempre la buena suerte en su vida. Sin embargo esa sensación se fue nublando poco a poco hasta llegar a un gusto agrio, que lo dejo preocupado y pensativo. En eso, empezó a repasar en su mente la biografía del Padre Martín y las preguntas que debí hacerle al Padre Martín. Musitó en silencio.
El padre Augusto Martín Sánchez nació en Lima en 1967 y es el último de cinco hermanos. Sus primeros quince años trascurrieron en el Pueblo Joven Santa Rosa en el Rímac, desde muy pequeño estuvo muy cercano a la vida religiosa siendo monaguillo (acólito de Misa), pero eso no le impidió disfrutar en sus ratos libres de bailar Marinera Norteña y participar en varios concursos Interescolares de Historia y Literatura, de Matemáticas, de Dibujo, de Biblia, de poesía, de canto, entre otros donde obtuvo muchos premios.
En su edad escolar siempre fue un excelente alumno, es así, que todos los años ocupaba el Primer Puesto y al egresar de la Secundaria obtuvo el Premio Excelencia, lo que le permitió postular a la Escuela Militar de Chorrillos entre los “Selectos” (todos los primeros puestos de los colegios).
Entre sus más añorados recuerdos está su constante preparación siendo autodidacta durante sus vacaciones en el estudio matemáticas, de inglés, italiano, hebreo, griego, alemán y francés.
Su experiencia como Cadete en la Escuela Militar de Chorrillos, donde ingresó a los 16 años y perteneció al tercio superior de su promoción, la recuerda con mucho orgullo y satisfacción, pero además no olvida que cuando estaba en el Tercer Año de Cadete Militar, descubrió que su verdadera vocación era servir a su país pero con una misión que superaba la disciplina castrense.
En tanto, el vigilante guió a Valentino López por un patio de tierra hasta la oficina del sacerdote, que estaba ubicado, en el segundo piso de unos departamentos. En eso, salió el Padre Martín, desesperado con un celular en la mano, muy preocupado, porque uno de los jóvenes, que laboraba en la carpintería “El Taller de Nazaret”, se había accidentado. A pesar de la intranquilidad, le saludo cordialmente al joven periodista y le dijo, que no podía atenderlo, pues debía salir nuevamente con urgencia para cuidar a uno de sus hermanos. Pero le aseguro que podía tomar todas las fotos que quisiera del albergue.
Tras esta nefasta noticia, lo único que le quedo a Valentino López fue visitar a los diferentes pacientes del albergue Hogar de Cristo para tomarles las fotos. Allí, vivían minusválidas, ancianos y locos, que fueron abandonados por sus familias en las calles, por que no tenían dinero para mantenerlos o era un estorbo.
El desaire por parte del sacerdote a Valentino López, aún permanecía en su conciencia, sin embargo eso quedaría en el olvido, cuando el joven periodista se quedara atónito al hallarse frente a diferentes personajes.
Ingreso, a un cuarto no tan oscuro, donde vio a dos ancianas sentadas en silla de ruedas. Ambas no se miraban ni se hablaban, solo dormían en su tristeza como esperando, que la muerte las recoja. Al periodista, una sensación de escalofrió lo embargo por un momento y su corazón se detuvo por un instante, su alma sintió, que la muerte ya rondaba esas paredes, por eso se alejo muy rápido.
Para no sentirse solo, visito el cuarto aledaño donde encontró a otro paciente, sentado en una silla de ruedas, lo miró varias veces, tanto así, que pensó que estaba muerto, pues estaba inmóvil observando una foto de un niño de aproximadamente de dos años. Valentino López se acerco y le pregunto ¿Por qué observa la foto con tanta melancolía? Y el señor le respondió con lágrimas en los ojos, que era su hijo, su único hijo y que murió en el hospital Santa Rosa por problemas cardiacos. El hombre vestía con un polo rojo y unas canas blancas resaltaban en su cabeza. Tras ese comentario, lo embargo una profunda tristeza pues, la mirada del niño parecía viva. Tenía unos grandes ojos negros, que le miraban fijamente al periodista.
Ante tal acontecimiento, salió al patio para respirar y desahogarse un poco, pues mucha tristeza lo podía matar. Aprecio en el patio un gran árbol de eucalipto, que intoxicaba el ambiente con su olor característico.
Paseo su mirada casi por todos los cuartos, pero lo que le sorprendería más, fue lidiar con una anciana de aproximadamente setenta años, quien violentamente le grito por tomarle una foto e incluso se burlo de Valentino López sacándole la lengua, sin vergüenza.
“El albergue cuenta con pabellones para ancianos, locos y minusvalidez”, musitaba en silencio, Valentino López, cuando abandonaba el lugar a las doce del medio día, tras tomar muchas fotos para hacer su gran reportaje.

viernes, 11 de diciembre de 2009

UN JOVEN, QUE SE HIZO HOMBRE POR NECESIDAD






La sensación de escalofrió en su cuerpo le recordaba siempre el llanto desgarrador de las personas. El joven periodista, Rubén Peralta, lo percibió desde que ingreso a la casa de quincha y adobe, adonde había ido de urgencia a ocuparse de un caso que se había olvidado hacia dos semanas.

El vendedor de productos naturales, Joaquín Fernández, huérfano de padre, responsable de tres niños y su amigo de la infancia, lo havia llamado atormentado para confesarle que ya no aguantaba esta dura vida.

Encontró al joven sentado en una silla vieja en medio de su precaria casa donde lo esperaba con una mirada nostálgica y una sonrisa media fingida, como observando su porvenir con desgracia.

En ese sufrimiento lo acompañaba un ambiente estremecedor, que se mezclaba con una madre postrada en una cama por la diabetes y una cocina pequeña que funcionaba con kerosene, así como una mesa gastada por el paso de los años. Incluso la casa carecía de agua y desagüe.

Aquel joven hecho hombre lo observaba con una mirada perdida, como pensando, en sus responsabilidades con su familia, pues a sus dieciocho años era el sustento económico de su hogar. Se levantaba a las tres de la madrugada para ir a trabajar al Mercado Mayorista “La Parada”, ubicado en La Victoria. Y regresaba al medio día para preparar el almuerzo para sus hermanitos y su madre.

En eso, Le saludo a Rubén Peralta y le dice: “que ya no aguantaba esta vida y sigue vivo solo por su familia”. Su rostro reseco expresaba su gran impotencia y odio por lo vida que llevaba. Tras un respiro hondo, coge su cabeza con sus dos manos y se lo soba muy fuerte como, queriendo borrar la pesadilla, que vive. Baja la mirada muy discreto y frota sus manos con cierto nerviosismo para que no lo vean llorar. Sin embrago las lagrimas humedecían su rostro y caían luego sobre sus pantalones azules, rotos y sucios.

Esta prenda combinaba con unas zapatillas negras agujereadas y una casaca gris llena de mugre. “quiero gritar, pedir auxilio, dormir y nuca despertar”, le revelaba a su amigo, con cierto tono melancólico. Pero él no podía hacerlo, pues su madre y sus hermanitos dependían de su trabajo.

Cogio la manga de su chompa para secar su rostro mojado por las lágrimas. Levanto la mirada y relucieron unos ojos rojos de un joven hecho hombre producto de la pobreza y la necesidad. Respiro profundamente para no ahogarse en su tristeza, pese a hacerlo varia veces, no pudo alejar la melancolía, pues lo dominaba. Además le confesó que sus tres hermanitos de de cinco, siete y nueve años no estudiaban, porque no tenia dinero para comprarles los útiles escolares ni pagarles la matrícula.

Joaquín Fernández, había llegado a la capital desde Huanuco a los ocho años con muchos deseos de superarse, junto con sus padres. Sin embrago, la realidad era otra, pues Lima era una gran vorágine, que se los fue tragando poco a poco, sin respetarlos.

Rubén Peralta se sentía muy sorprendido por lo que le sucedía a Joaquín, pues nunca se imaginó, que su amigo de la infancia sufriera tanto.
Una sensación de escalofrió nuevamente se apodero de su cuerpo, no supo que decir, solo se quedo frió parado en el ambiente gris. Incluso su garganta se seco y un sabor amargo invadió en su boca.

En esa escena desesperante, un deja vio se apodero se su mente y supo que su amigo era una persona de carácter muy sensible y frágil, pero a pesar de todo, Joaquín havia aprendido a luchar contra las dificultades de la vida.

ASÍ MURIÓ EL GRINGO THORNDIKE




En una noche trágica de aquellas, el gringo Guillermo Thorndike escribe con una vitalidad de adolescente el quinto volumen de la biografía de Miguel Grau, héroe de la Guerra del Pacífico, sentado frente a su computadora. Y en la habitación se escuchaba el sonido suave y placentero del las teclas del ordenador, de las cuáles, emergía una tonada del genio creador.

Las ideas se entremezclaban y las hojas blancas se llenaban con una gran facilidad, ya que el “Elefante Magistral” tiene la capacidad de escribir un promedio de sesenta palabras por minuto.

En plena faena de literato empedernido siente una fatiga con un vahído. En eso siente un escalofrío que le recorre todo el cuerpo desde la superficie de su piel hasta lo mas profundo de su ser.

Con gran temor percibe un miedo frío, que lo deja pensativo por un momento. Con un espíritu pícaro dice: “eso son síntomas de viejos” y suelta una carcajada rebosarte llena de vitalidad. Para despejar un poco su duende creador se levanta de su silla y se dirige hacia la ventana donde se sienta en una pequeña banca de madera.

Ahí, evoca sus años de estudiante en la Universidad San Marcos durante los años de 1957 y 1958. Con gran fascinación y orgullo, recuerda como escribió su primera obra:”los ojos de la ventana” (1958), que fue publicad en Buenos Aires - Argentina. Todavía fatigado, “El elefante Magistral” hace una reminiscencia de cómo, a sus diecinueve años, ingresó a formar parte de la plana de reporteros del diario La Prensa.

Luego de un breve descanso regresa a su habitual rutina con más ganas y predispuesto a poner todo de sí para redactar una magistral obra. Pero antes se pregunta ¿Cómo puedo darle un mayor valor humano a Miguel Grau? ¿Cómo puedo hacer para que mi narrativa enganche al receptor? ¿Será suficiente la información que poseo de él?... En ese momento, cuando “el Maestro” hacia el proceso de análisis y reflexión siente un dolor en el pecho. Respira fuerte y con delicadeza lleva sus manos grandes a la altura de su corazón. Su rostro refleja el gran dolor. Aquel órgano vital se detuvo por 5 segundos y todo se torno oscuro para “el Rey de los Tabloides”.

Luego del suceso volvía en sí, aterrado no sabía que le ocurría, su cuerpo temblaba, sus manos sudaban y tenía una sensación difícil de describir. La soledad y la tristeza lo embargaban, las lágrimas brotaban de sus ojos y recorrían su rostro blanco y arrugado. Pero el aún no comprendía, que le estaba pasando, y seguía con esa sensación vacía en el alma.


Pero en el fondo, el gringo Thorndike sabía qué le ocurría, pero no quería creerlo, sabía que su final estaba cerca (su muerte). Por ese motivo, fue hacia el almacén para coger una botella de wisky y brindar por última vez en la vida. Luego regresó y se sentó nuevamente frente a su computadora. Antes del amanecer, encuentran al “el Rey de los Tabloides”, muy convaleciente recostado en su cama.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

MI HABITACIÓN






Mi habitación es mi base militar donde planeo con la mayéutica lograr mis sueños de niño. Además es mi pequeño planeta melón donde mi ego, mi yo y mi súper soy se pelan para investigar la alquimia de la vida.

Es un agujero de humano con paredes, que disparan sabiduría y análisis. Tiene desde modelos de entradas periodísticas hasta paradigmas o postulados de científicos.

Este laboratorio de ciencias de la comunicación intenta explicar una redacción perfecta, a pesar, que mi estilo no se asemeja a ninguno.
Tiene frases como “escribir es pensar” o “ser creativo es ser diferente”, pese a ello, aun no aplico estas enseñanzas, no se porque.

Mi habitación es un libro abierto donde encuentras cada historia de mi infancia, adolescencia y hasta de mi juventud.
Es mi ropa de cemento que me protege de mis propios demonios y duendes, que solo salen cuando estoy dentro de ella. Igualmente, es mi confidente, aunque sea inerte, escucha en silencio mis fracasos, mis alegrías o mis frustraciones.

Mi habitación es increíble pues puede cambiar de estación de acuerdo a mis emociones. Un día puede ser verano, otra primavera o así, juega de colores y de ritmo.

Lo que mas me gusta de mi habitación es mi cama con un gran colchón que me invita ha descansar. A veces, se pone incomoda y debo domarla como a un caballo joven.

De otro lado, también se encuentra una computadora, que cada noche me roba la imaginación de joven ayacuchano. Come mi ceso gris con un sonido molestos, pero a veces se torna cálido hasta armónico.

Y en la pared cuelga, una herencia de mi madre, un regalo de infancia. Es un reloj dorado. No se cuantos años tiene pero sigue funcionado. Ya se nota el paso de los años en sus articulaciones y fachada, sin embargo sigue dando el tiempo, si parar.

ASÍ ES EL PERÚ ACTUAL






Todavía, todavía
Este reclamo doy a los líderes políticos del Perú
Los que administran, los que fiscalizan,
Los que deciden el destino de nuestro país
Debajo del Estado peruano esta la corrupción
Y, con eso también, están los niños y adolescentes,
Los Parlamentarios que huelen a coprolalia podrida
Todavía, todavía
No existe un canto a “LOS VALORES”
Un himno a la verdad
Una oda a la honradez
Una exaltación a la honestidad


De tenerlo, no habría Petroaudios
Como tampoco Congresistas viajeros,
O policías coimeros.
Yo no soy corrupto como ellos,
Porque nací, te lo aseguro,
Para ser profesional con deontología
Para hacer bien mí trabajo
Para informar solo la verdad
Y educar, a diario,
A jóvenes y adultos, sin criterio.


Pero será difícil,
Informar en un país plagado de mediocres
De clientelaje, nepotismo y compadrazgo
Donde aún no se ha consolidado la democracia
Ni se le ha dado la importancia a al educación.

Todavía, todavía
Es en vano hablar de crecimiento económico, señor Presidente
Cuando millones de niños se muere de frió y de hambre, en el sur del Perú;
Cuando los hospitales están plagados de tuberculosos, y no de la gripe AH1N1;
Cuando las cifras que se muestran no se reflejan en la realidad nacional
Así es, don Alan García.


Todavía, todavía
Es en vano hablar de Estado de Derecho
Cuando policías matan a trujillanos en su propia tierra,
Es verdad, que la delincuencia es evidente, pero esa acción
Muestra la incapacidad del Gobierno, que no sabe que hacer,
Escuche señor Presidente, con un escudaron de la muerte
No se soluciona el problema…

Todavía, todavía
Es en vano hablar de institucionalidad en Perú
Si los representantes tanto del Poder Ejecutivo, Legislativo como Judicial
Se venden a la corrupción,
No hay independencia, sino sumisión, al que paga más por favores
No hay instituciones fijas, sino lo que ordena el amigo o poderoso

Todavía, todavía
El Perú es un problema complejo, que solo se solucionara con una reforma educativa seria. Si no seguiremos en ese círculo vicioso tanto de gobernantes corruptos y unos niños sin criterio ni valores.

CARTA A UN AMOR QUE NO SE OLVIDA





Querida princesa del imperio Wari ¿estará aun esa esencia de niña andina en los campos de los maizales y trigales de la comunidad de Aulla, en Ayacucho?

Ojalá lo encuentre hoy cuando mi alma disfrute de una caña con sabor a Mayo. O mis manos toquen las paredes de los caminos del pueblo. Ojalá.

Recordaras, en la infancia, que te mandaba besos volados con un aire de niño occidental, a pesar de ser ayacuchano. Y aunque nunca me miraste como yo te mire, te amaba en silencio, desde la soledad de mi vida.

He preguntado en el pueblo, por tí, a la abuelita Felicita de 75 años, pero no me ha dado razón. Al principio, me dice que estas en Lima, sin embargo, luego cambia de parecer y asegura, que has muerto.

Pese a ello, no me rindo y sigo consultando a otras personas que te vieron nacer y crecer en el valle. He corrido como loco de casa en casa, preguntando por tí, pero nada, no hay noticias. Todos dicen que no te conocen.

De esta mera te sigo buscando, aunque no lo sepas. No solo he llorado en las noches por tí, sino he visitado los lugares donde crecimos juntos.

Recuerdas el jardín de la comunidad donde compartimos los libros y los colores. Lo he contemplado hasta el cansancio. Hasta he visto tu alma paseando por ahí. Sabes, sigues hermosa como siempre, te salude con los ojos llorosos, mas no me contestaste ni una palabra.


La gente me dice que he enloquecido. Precisan que un condenado me ha poseído y he perdido el juicio.
Me he puesto como loco a chupar caña de maíz solo para recordar tu esencia, esa que enloquecía a todos los jóvenes del pueblo.


He robado trigo de las chacras de algunos campesinos del lugar, solo para recordar tu rostro. Sí, eras de tez blanca como la Sara Sara, lo recuerdas. Sí lo recuerdas.
La gente del pueblo me esta buscando, me quiere matar, dice que soy un loco. Tú sabes que no es cierto. No. Aseguran que soy un mal ejemplo para sus hijos. Me quieren lanzar al barranco. Sí, ese profundo precipicio. Te acuerdas que se llama Jagapata.


Si, ese mismo, donde doña Margarita aventó a su esposo en la noche, solo para estar con su amante. Mi princesa no se como salvarme de esta horda de personas. Le he rogado a mi padre que no me abandone. A Puca – Puca, el Apu, que me vio nacer.


Escuchas la bulla, se acercan. La casa de mis abuelos no fue un gran escondite. Creo que lo quieren quemar. Pero sabes algo, moriré feliz solo pensando en ti, mi princesa del imperio Wari. Chao
Nos veremos en la otra vida.

MI SEGUNDA CASA




Yo defiendo a la universidad Jaime Bausate y Meza porque me enseñó a luchar por mis ideales, y nunca claudicar ante el poder. A tener como ideología la verdad sobre todas las cosas. Impregnó en mis venas la pasión por el periodismo. Me formo como un profesional de competencia con una entelequia de conocimientos.

Atrapó mi mente adolescente y la pulió, hasta enseñarle a pensar. Fue testigo de mis sueños, de mis victorias, pero sobre todo de mis errores.
Sus muros imponentes me reciben a diario con un olor a historia, que sólo olvidaré, cuando muera.

La universidad Jaime Bausate y Meza ha dejado una huella en mi vida, ya que cada nota televisiva, crónica, o reportaje, que escriba, será un recuero de mi “alma mater”. Aquella que no solo me formó como profesional, sino como persona.

EL DIOS CRONOS VIVE EN LA TIERRA


Al despertarse una mañana, Alexander Alegría, tras un sueño intranquilo, vio inmóvil a su dueño, un viejo reloj amarillo. Estaba colgado en una pared de color melón, y sus tres manecillas negras ya no jugaban en el universo de las doce horas ni tocaban la tan esperada sinfonía de abrazos. Vio, que su estado temporal, había hecho una parada en el planeta de las tres de la madrugada. Y no funcionaba.

Sin ese reloj, su habitación se había detenido en el tiempo e incluso un mudo silencio invadía el ambiente. El joven quiso gritar para pedir ayudad pero no pudo. Su voz desesperada solo se escuchaba en su memoria intranquila, mas no, en ese cuarto dominado por el rey Cronos, que había muerto.

Tras esa grave situación, Alexander Alegría, tenía que romper algunas normas implantadas por el ex Rey, para salvar su vida. Sabía que debía salir de la habitación para ser libre, pero no sabia como, ya que todos sus movimientos eran vigilados por dos soldados de madera.

Eran altos, imponentes y siempre le miraban fijamente a los ojos, como sabiendo, que pensaba. Recostado en su cama, él planeaba la táctica perfecta para salir de ese problema inmortal, pues su futuro dependía de esa estrategia.

Entonces, el esclavo del tiempo empezó a reflexionar. Se preguntaba así mismo, como había sido capturado para ser esclavo del rey Cronos. De tanto pensar, un susurro de reminiscencia se escucho en su memoria, ya casi olvidad. O, Tal vez, era un “Della vio”. Sin embargo, recordaba que fue el único ser humano, que se atrevió, a entrevistar al Rey Cronos.

Al iniciarla entrevista, le pregunto:

MA: ¿Por qué vives en la Tierra y no en un lugar sacro?

CRONOS -El me miro fijamente a los ojos y me dijo- Yo antes vivía en un lugar hermoso, pero desde aquel mañana de abril, cuando mis hermanos se enteraron de que me havia enamorado de una humana me desterraron del planeta Júpiter hacia la Tierra, para siempre. Pues, según ellos, un Dios nunca puede amar a una mujer mortal. – sus mirada de tristeza se perdía en sus recuerdos.

MA: ¿Quién fue esa mujer? Habría sido muy hermosa para dejarlo todo, no. Le pregunte.

CRONOS – en su rostro se dibujo una sensación de satisfacción, jamás antes vista hasta el momento – si, herma muy hermosa, demasiado diría. Incluso no me arrepiento de haber dejado todo por ella, como mi inmortalidad. Tenía los ojos grandes, su rostro era de tez blanca y su sonrisa era inmortal. Ella se llamaba Laura, como la musa del poeta italiano Petaraca, quien amo con demencia a su doncella en la época Renacentista.

Así, seguía el diálogo, cuando de pronto, Cronos se desaparece en el ambiente. Entre tanto, el joven se percata que, la entrevista lo havia hecho en el mismo cuarto. En ese, donde según el estaba atrapado.

Mientras, Alexander Alegría recordaba, se percató que no era un esclavo, sino que solo havia tenido un mal sueño. Y que esos soldados de madera eran estatuas, mas no soldados vivos. Era tan complejo para él vivir eso, pues todo parecía tan real, sin embargo se preguntó ¿Qué me ha sucedido? “Lo que he soñado será cierto o no…”, pensó.

ENTREVISTA A UN PERSONAJE CURIOS DE MI COMUNIDAD



Su conducta de un personaje orate lo acampanaba a los lugares que iba. Era trigueño, de estatura media, amante del aguardiente y amigo de los animales. Cuando caminaba, lo hacia como un militar. Saludaba a la gente del pueblo con un contundente: “buenos días mí coronel”. Siempre se vestía como un soldado con polos, pantalones, botas y una gorra azul. Incluso cuando cantaba el Himno Nacional lo hacia con gran patriotismo. Siempre con una mano en el pecho y con la otra en la frente.

Cundo bebía licor, se pasaba horas en la plaza de tierra de Runiquilla marchando. Decía que lucho contra los ecuatorianos en la guerra de Tiwinsa, pero nunca lo probo, pues, según los ancianos del pueblo, Pompeo solo conocía el pueblo, más no Lima.

Molestaba a los jóvenes y niños del pueblo, cuando los veía mal vestido. Le decía: “como van a caminar con esas fachas ante su general”, a pesar de los insultos, ellos solo le decían: “buenos días mi general, disculpe por el mal aspecto. Es que hoy no voy a la guerra, sino voy a cuidar las ovejas y vacas”. Pompeo le respondía, que por esta vez los perdonaba.

Recuerdo muy bien, que una mañana de octubre lo entreviste, cuado el estaba borracho.

Marco Antonio (M.A): Le dije en son de ironía:
“Mi general” ¿Por que toma tanto aguardiente?
Un poco desconcertado por la pregunta, Pompeo me respondió:

Pompeo (PM): No sabes, que el aguardiente, es la sangre de los dioses, estùpido. Yo tomo, porque cuando voy a la guerra, puedo morir. Y por este motivo tomo el licor de caña. Además si sigo tomado llegare a ser inmortal y ninguna bala podrá penetrar mi cuerpo.

M.A: Me dio riza la respuesta, pero respete al “General”, y no me reí de su argumento.
En tanto, le pregunte ¿Cómo obtiene su vestimenta de militar?

PM: Yo soy el General del Cuartel de Cora Cora, en Ayacucho. Yo viajo algunos días allá, para ordenar a mis soldados, que sigan haciendo ejercicio, si no los expulso. Ahí, aprovecho para recoger mi ropa de soldado.

M.A: Sus respuestas parecían algo coherente, pero no le creí, pues sabia que era un orate. En eso, me pregunte a mí mismo como surgió esa pasión desenfrenada por ser militar, entonces le hice la pregunta. ¿Cómo decidiste ser un soldado y no un ganadero?

PM: Porque mi padre fue un militar. Él iba, casi todos los días, a mi casa a visitar a mi madre y siempre se sacaba su polo, su gorra y sus botas para descansar. Yo los usaba cuando, cuando él se encerraba con mi madre en la cocina. Desde el primer momento, que use el uniforme, sabía que sería un soldado de raza.

Tras un largo rato de cháchara, el general Pompeo se quedo dormido, por la embriagues. Mientras tanto, yo ya havia conseguido entrevistar al hombre más problemático y loco de la aldea.

UNA PROMESA MALDITA, LA MATÓ




Sesenta años después, en medio del rió mas caudaloso del mundo, el poblador más antiguo de la comunidad de los Wari, Pablo Atusparía, había de recordar aquel viernes fatal en que su padre lo llevo a conocer el barranco, un precipicio de más de cien metros de profundidad. Rumikilla era entonces una aldea de cinco casas de barro e ichu construidas en las faldas de un glaciar, que abastecía todo el año de agua, al valle.

Ese día, Él y su padre se quedaron atónitos al ver, desde el filo de la quebrada, el vuelo de dos cóndores, que surcaban el cielo inmenso del pueblo. Mientras, Pablo Atusparía miraba boquiabierto, el gran espectáculo, su padre decidió hacerle una gran confesión. Le dijo, que su madre no había muerto por la mordedura de una serpiente, sino, que ella mismo se havia lanzado al precipicio, por que creía así, que estaría cerca de su madre, quien también murió de ese modo.

Entre tanto, Pablo Atusparía, se quedo frió. Empezó a tiritar de miedo, y de sus ojos brotaban lagrimas de dolor. Su madre havia fallecido cuando él aún tenía solo cinco años. En eso, su padre lo abrazo y le bezo en la frente. Le aseguro, que su madre lo quería mucho, pero nunca pudo librarse de esa maldita promesa que le hizo a su abuela, antes de que muera. Le había prometido, que ella nunca se separaría, de su madre. “Por eso, se asesino, no aguantó el remordimiento”, aseguró el padre de Pablo Atusparía.

“Esta mañana, te he traído al mismo lugar donde murió tu madre”, preciso su progenitor. Además añadió que lo llevo con el objetivo de cumplir una promesa a la mujer que amó. La fatalidad, se apodero de la mente de Pablo Atusparía, por un momento, pues ya sabia que iba a suceder. Le regó a su padre, que no lo hiciera, sin embrago no le hizo caso y se lanzo al precipicio.

Los gritos de desesperación, no impidieron, que su padre se lance a su propia muerte, aquella que terminaría en las piedras filosas del barranco. Pablo Atusparía, lloró como un niño por más de una semana, y nunca se imagino, que él también terminaría, así en su vejez. Pero eso es otra historia

Por eso, ese día en el río una sensación de melancolía lo invadió y empezó a cantar un harawi en su mente… “Nadia sabe a donde va, pero si lo conseguirá, hasta encontrar en el ayer, la canción que recordará…”

La garganta se le amargaba a Pablo Atusparía, cuando musitaba esa melodía con tanto dolor sufrido. Además reflexionaba y concluía que
su suspiro se reduce a un alarido ínfimo…
su canción de niño desaparecen en el mundo…
sus sueños condenados se perdían en el hoy…

martes, 8 de diciembre de 2009

CRÓNICA DE PERSONAJE




La primera vez que vi a mi tío Eusebio fue la última. Mi madre me llevó a verlo a Sacacra, una comunidad de Ayacucho, una maña de abril. Mi madre, tengo que decirlo, no tenía idea de lo que era ser un ganadero pero sí sabía quién era al tío Eusebio.

Una mañana casi a primera hora nos arrastró a mi hermano y a mí a ver al tío Eusebio. Ese día, el “viejo ganadero” como lo conocían, haría pelear nuevamente a cinco toros que compro en el pueblo para venderlo al camal.

Salimos después de tomar desayuno y llegamos a nuestro destino, la Plaza Mayor del pueblo, cuando casi aún no havia nadie. El enorme lugar de tierra estaba preparado para una pelea de toros, a la que íbamos. Subimos hacia los muros, que rodeaba la plaza para observar el gran espectáculo, los adobes de las altas paredes eran acogedores.

Tras diez minutos de espera, apareció en escena el tío Eusebio, quien ingresaba a la plaza arreando un toro de color plomo con manchas blancas. Y por la otra entrada ingresaba otro toro muy grande de color naranjo claro, que era traído por su dueño.

En eso, los toros empezaron a valar y fruncir sus cejas. Luego de la previa, se lanzaron a embestirse uno al otro. Allí, estaba el tío Eusebio, quien veía fijamente, la lucha feroz entre los dos toros.

Cuando parecía que daba por vencedor al toro vallo, ocurrió un accidente fatal. Los toros aplastaron al tío Eusebio en plena disputa por la victoria. Un grito de dolor se escucho en el ambiente e incluso las montañas respondieron con su eco demoledor.

El tío Eusebio no pudo escapar de la desgracia pues todo fue tan rápido, que nadie llegar a ver como sucedió el accidente. Mi madre se hecho a llorar, mientras baja del muro para ir a auxiliar al “viejo ganadero”.

Cuando nos acercamos con mi madre, con reverencia, pude ver todo lo que se podía ver del tío Eusebio: sólo su rostro. Estaba terriblemente ensangrentado, morado más bien y la nariz lo tenía roto y sus brazos parecían haberse desprendido de su cuerpo.

El tío Eusebio se veía inmóvil y sin edad: estaba muerto, era evidente, a pesar de sus años de ganadero siempre salio librado de de accidentes fatales, sin embargo ese día su buena suerte lo havia abandonado.

UNA PROMESA LO ATORMENTABA


Vine a Aúlla porque me dijeron que acá nació mi padre, un tal Carlos Gutiérrez. Mi abuelo me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto el muriera. Antes de fallecer me aseguro que su tierra era tan hermosa como un paraíso. Ese día, le apreté sus manos y acaricie su rostro en señal de que lo haría, pues él estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo.

Aquella mañana de abril, cuando lo enterraron a mi abuelo, giraba en mi cabeza la promesa, que le hice de ir a visitar a mi padre. Evocaba su voz entrecortada y sus ojos que se iban apagando poco a poco, pero siempre fijos a los míos. No sabía como llegar a su pueblo llamado Aulla, donde presuntamente encontraría a mi progenitor. A pesar del paso de los días, no olvidaba esa recomendación, que se acrecentaba más en mi oído, ese susurro sombrío, que decía: “No dejes de ir a visitarlo, estoy seguro de que le dar gusto conocerte”.

El peso de la promesa me hizo investigar donde quedaba el pueblo. Para ello fui a visitar a mi tía Rigoberto, quien también conocía el pueblo. Le pregunte como llegar a Aulla, y ella en pos de no ayudarme me dijo que no conocía. Me señalo que su memoria no le ayudaba e incluso sufría de alzhéimer.

Tras un fracaso de la investigación, decidí visitar a mi padrino, quien también conocía el lugar. Me dijo que el viaje podía ser muy peligroso, ya que el autobús que me llevaría pasaba por quebradas, precipicios y por ríos caudalosos. A mí, no me dio mido, sino me apasiono mas la idea de ir a buscar a mi padre.

El padrino de mi bautizo, me dio toda la información que necesitaba como donde quedaba, que carro me llevaba y cuales eran los pueblos que lo rodeaban. Así, muy alegre, me retire de la casa de mi padrino con ganas de hincar la travesía.

Recuerdo muy bien, que salí de la capital, un 28 de setiembre con el objetivo de dirigirme hacia Ayacucho; debido que allí estaba el pueblo de Aulla. Subí a un ómnibus interprovincial llamado Santa Clara. Era de color verde con rayas blancas.
El asiento, donde me senté era el 20, pegado a la ventana para apreciar el paisaje hermoso de la cota y serranía.

Ese día, no dormí, solo me quede pegado a la ventana. Atónito de ver tanta belleza durante el recorrido. El vehículo paraba en restaurantes para que las personas puedan tanto almorzar, tomar desayuno como cenar.

Al día siguiente, un cielo claro me dio la bienvenida, me quede paralizado. Paresia un paisaje sacado de un cuento de ficción. Era hermoso, pero muy hermoso. Cuando llegue al pueblo de mi padre, pregunte por Carlos Gutiérrez, la gente me decía que ya havia muerto. Entones, me eché a llorar, como un niño. Me quisieron consolar, pero no pudieron, solo me cuidaron toda la noche.

Mientras lloraba le contaba a mi tía Polojina, que le havia prometido a mi abuelo, el día de su muerte, que buscaría a mi padre: “No pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas”


FUE A CUBRIR SU PROPIA MUERTE


En la oscuridad de la noche, el periodista Pedro Hernández, caminaba muy presuroso hacia la Avenida Grau, en el centro de Lima, para cubrir un operativo policial contra la drogadicción.

Hace diez minutos, había recibido una llamada a su celular del Jefe Policial de la Municipalidad de Lima, Raúl Melchor, para avisarle que seria un gran operativo. Le explicó que capturarían a decenas de micro comercializadotes de droga e incluso le enfatizo que este hallazgo involucraba a grandes mandos de la Policía Nacional del Perú.

Cuando llego al lugar, no havia nadie. Solo pudo apreciar a algunos adolescentes de aproximadamente 12 años, que se drogaban, en el lugar. Pero, sobre todo, lo que le sorprendió más fue ver a menores de edad prostituirse solo por un “kete” de pasta básica de cocaína.

La noche se lo quería comer, pues temí ser asaltado por algunos vagos del lugar. Los nervios de punta aumentaban poco a poco hasta sentirse muy diminuta de en el jirón Leticia. Donde el era la presa y los delincuentes los predadores.

En eso, cuando todo indicaba que no sucedería nada, en el ambiente se escucharon tres disparos y muchos gritos, que pedían auxilio. El periodista corrió hacia el lugar, pero antes saco su grabadora de su maletín. La prendió y empezó a narrar los hechos con un tono sensacionalista:” Se escuchó en el ambiente decenas de disparos e incluso cientos de personas piden a su verdugo por su vida para no ser acecinados…”

Tras correr muy presurosa hacia una esquina oscura, vio entre decenas de policías a muchos jóvenes arrodillados, que pedían clemencia por su vida. Asimismo, había en el suelo tres jóvenes muertos. Eran de aproximadamente 15 años cada uno. Estaban muertos.

Algunos policías tenían los rostros cubiertos con pasamontañas. El periodista del diario La Industria se identifico para conversar con el Jefe Policial de la Municipalidad de Lima, Raúl Melchor. Sin embargo, cuando conversó con la persona responsable del operativo, no le dio razón, pues no lo conocían. Además, el tal jefe “camión” le aseguro que ese operativo no era común.
Así que le enfatizó con groserías que las matanzas nunca serian publicados en ningún diario, sino terminaría muerto como los jóvenes.

El periodista se quedo atónito sin saber que hacer, su cuerpo sudaba miedo y respondía con una voz entrecortada con un contundente no.” Yo siempre informare la verdad, aunque pierda la vida” , respondía el reportero

Entre tanto, el supuesto jefe de los agentes del orden, cogio la pistola y lo amenazo, para que no hable. Pero el periodista seguía insistiendo, que él estaba caso con la verdad.
Ante tanta cháchara, el presunto policía cogió el arma y le disparo al periodista y lo mató. El reportero fue engañado para ir a cubrir su propia muerte.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

TEXTO:18 - MUERTE EN PÓMAC



La Primera Fiscalía Mixta de Ferreñafe denunció ante el Poder Judicial a un primer grupo de 21 invasores que el martes último cometieron actos vandálicos en el Santuario Histórico Bosque de Pómac, durante el desalojo del terreno, en el cual murieron dos policías, informó hoy el procurador del Ministerio del Interior, Pedro de las Casas.

TEXTO:17-UN MUERTO MÁS POR LA INCAPACIDAD DEL GOBIERNO.



Esta mañana, cuando el policía julio Hernández pretendía poner orden en la plaza de Abancay, fue emboscado por una decena de campesinos furiosos, que lo masacraron con machetes y picos.

La muerte de este padre de familia parece ser, uno más, de la larga lista de policías acecinados en los diferentes conflictos sociales, que el Gobierno Central, hasta el momento, no soluciona. Pese a los precedentes del “Baguazo” y el “Moqueguazo”, el Ejecutivo, no se manifiesta.

Mientras tanto, en la capital solo se habla de la banda criminal de los “pistacos” y del espía Víctor Ariza, quien vendió información confidencial sobre el sistema militar de las Fuerzas Armadas a Chile.

TEXTO:16- EL PANTALÓN JEAN Y LA TEORÍA ESTRUCTURALISTA TIENE ALGO EN COMÚN.




Detrás de la concepción del pantalón Jean y la teoría estructuralista está el gran apellido Levi Strauss. Un sobrenombre de genio creador que pertenece a dos hombres diferentes. Mientras que uno revolucionó la forma de vestir en Estados Unidos en el siglo XVIII, el otro cambió la forma de pensar con sus postulados a inicio del siglo XX en Francia. El primero, diseñó el Jean, en plena fiebre del oro, porque los pantalones de su época no resistían el trajín de los mineros. El otro, creo un nuevo concepto de las Ciencias Sociales con su teoría.

TEXTO:15- LA CAÍDA DE UN MURO, CAMBIÓ EL MUNDO.




La caída del Muro de Berlín, hace veinte años, marcó un hito en la historia de la humanidad, porque no solo acabó con un sistema autárquico, sino también con la pobreza y la muerte de millones de europeos.

La muralla se construyó, luego de finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, cuando Estados Unidos y la URRS, en consenso, dividieron Alemania en 155 kilómetros. Una Occidental y otra Oriental.

El desplome del emblema de la Guerra Fría cambio el imaginario mundial, ya que el capitalismo y la democracia se consolidaron. Si bien cayó el sistema Socialista, que controlaba los derechos de las personas, la humanidad pasó a otra estructura política, que también oprime al hombre, pero esta vez, a través del capital.

TEXTO:14 EL AUSTRALOPITECO MURIÓ Y NUNCA MÁS FUE VISTO.


TEXTO:13.3-LAS MASS MEDIAS SON CULTURA SOCIAL.


TEXTO:13.2- LA GLOBALIZACIÓN, UN DILEMA ACTUAL.


TEXTO: 13.1- EXISTEN PARA PUBLICARLOS Y COMUNICARLOS


EJERCICIO:12-LAS LETRAS ENTRAN POR EL OLFATO



Marco Gutiérrez reconoce si un libro es interesante solo por el olor. Para él el aroma a tinta dulce, le indica la calidad de una obra. Desde que nació, su excelente olfato nuca le ha fallado. Cuando va a una feria de libros, Marco ya sabe adonde ir. Solo pide el libro a la vendedora y señala a dedo, cual es.

EL PERIODISTA ELOY JÁUREGUI REFLEXIONÓ, EN SU COLUMNA DEL DIARIO LA REPÚBLICA, SOBRE EL ANÁLISIS DEL LIBRO "EL ODIO Y EL PERDÓN EN EL PERÚ. SIGLOS XVI


El odio es inherente al peruano.
El periodista Eloy Jáuregui, luego de analizar el libro publicado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, explica el imaginario y la historia del Perú desde una perspectiva psicoanalítica.

Esta obra fue escrita por Claudia Rosas, quien recogió las investigaciones del congreso Latinoamericano de Psicoanálisis, realizado en Lima el 2006.

En el texto se expone, que la envidia de un peruano a otro no es causalidad, sino es la consecuencia de un odio vigente desde la época precolombina hasta Sendero Luminoso en la actualidad.

Por su parte, Eloy Jáuregui concluye que la única forma de solucionar, tanto el odio, la irritación como la envidia en el país; es a través del perdón y la reconciliación.

TEXTO:10 -MAGALY: “UN MAL NECESARIO.”.”



Vende basura, pero genera ganancias millonarias.
Así es Magaly. Una mujer exitosa, aunque desequilibrada, que surge como consecuencia de la cultura chicha. Creada en la década del noventa por el Gobierno más corrupto de la historia del Perú.

Heredo de esta cultura el morbo, el chisme e incluso la transgresión a los derechos humanos. Ella no informa si no insulta. La atracción de su programa es mostrar, en esencia, la idiosincrasia de los limeños. Así como el peruano borracho y mujeriego engaña a su pareja con “vedettes”. ¡Caiga quien caiga! Parece ser su filosofía. Se ríe de sí misma y de los demás.

Sin embargo, detrás de esta cultura magalizante, que ha distorsionado la mentalidad de millones de jóvenes con información basura, existe todo un circulo comercial, de por medio, que genera muchos puestos de empleo ¡No solo Magali se llena los bolsillos con dinero! Sino también los canillitas, camarógrafos, publicistas y periodistas de espectáculo.

Un mal necesario es Magali Medina, pero para algunos intelectuales es la creadora de una cultura, que ha embarrado a todos los peruanos con el lodo de la ignorancia. Esa que podría dejar en jaque al país, si desea, pues al ciudadano de a pies no le interesa la política, sino la farándula. No le interesa Velásquez Quezquén, el presidente del Gabinete Ministerial, sino “Tongo” con su tema “la Pituca”.

La cultura magalizante convive con nosotros e incluso atemoriza con llegar al Congreso de la Republica. Ha matado a los grandes literatos del Perú, pues a los jóvenes y adolescentes no les interesa Cesar Vallejo o Vargas Llosa, sino Magali Medina o Beto Ortiz.