sábado, 19 de septiembre de 2009

UN GRITO DE AUXILIO PARA LOS OLVIDADOS





El Perú profundo sufre por la pobreza, la injusticia, pero más por la indiferencia y el olvido del Gobierno, que nunca ve ni escucha las necesidades de las personas que viven en extrema pobreza. Por este motivo, la cantante folclórica de Ayacucho, Sila Illanes, interpreta decenas de melodías a la desesperanza, a la mala suerte, a la muerte y al amor sufrido. Piden un grito de auxilio para los olvidados a través de sus temas.

Estas canciones parecen exigir a “alguien” que los escuche y los libere de ese dolor eterno, que han heredado, que se llama sufrimiento y pobreza. La resignación invada casi todas las melodías, pese a las metáforas bien construidas, puede ser percibida nítidamente.

“…Nadia sabe a donde va, pero si lo conseguirá, hasta encontrar en el ayer, la canción que recordare…” Así lo interpreta, Sila Illanes, mostrando un desconocimiento del mundo que le rodea, incluso deja entrever que la única manera de conocer la realidad es buscar el pasado para encontrar el presente, es decir, estudiar el pasado para comprender el contexto actual.

A pesar de la desesperanza del hombre del ande, Illanes, resalta que los hijos del Inca son raza bendita y luchadores de pura sepa, pues nunca se dan por vencidos anta la adversidad. Sin embargo, en casi todas las composiciones de los yaravíes persiste el tono sufrido y melancólico, que hace que la música ayacuchana desgarre el alma y enfríe el cuerpo a puro escalofríos.

La voz se entrecorta y la garganta se te amarga cuando escuchas esas melodías que entona la folclórica con tanto dolor sufrido, incluso parece que miles de personas claman justicia, aun de muertas por el olvido y la pobreza.

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